En
la ya larga pugna entre Susana Díaz y Sin
vocales, la primera tenía dos bazas de su lado –el aparato y el poder
territorial-, mientras que el segundo tenía sólo una (la militancia).
Tras
las elecciones, las tornas han cambiado, y ahora es dctr Snchz quien tiene más triunfos en su mano: mantiene el apoyo
de la militancia (o eso parece), ha alcanzado el poder territorial a nivel
estatal y, como consecuencia de las dos cosas anteriores, tiene al aparato
cogido por las pelotas; cabreado, resentido, asustado, pero por las pelotas.
La
baronesa andaluza parece, por lo
tanto haber sido derrotada. Pero las apariencias engañan, y más en el PSOE (que
se lo digan a éstos dos). Las cosas, por lo tanto, pueden voltearse de nuevo. Para
ello, Noesno tiene que perder el
Gobierno (su gran baza, qué duda cabe), y Susanita tiene que aguantar,
resistir, no rendirse. Por ello, cuando desde Ferraz le han pedido grandeza para ir a unas primarias –que quizá
ganara, porque Andazulía es mucha Andazulía-, lo que ha hecho Díaz es
atrincherarse. Sabe que su única posibilidad, como la de los franceses en
1.914, es resistir, resistir y seguir resistiendo. Y esperar que el enemigo (no
rival, no adversario: enemigo) no resista más que ella.
Grandeza,
dicen. Qué graciosos. Que estamos hablando del PSOE, ese partido que se estrenó
parlamentariamente proclamando que se saltaría la legalidad cuando le pareciera
conveniente; que siguió llamando, en esa misma sede parlamentaria, al atendado
personal; que cuando perdió unas elecciones dio un golpe de Estado, y perpetró
un pucherazo en las siguientes; que hizo de la corrupción una manera de
gobernar, enterró a Montesquieu y se rindió ante terroristas y separatistas.
Grandeza
pide el partido que ha cometido más bajezas en la historia de España. Sería gracioso
de no ser tan triste.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!