Que
el actual gobierno de Navarra pretenda, según todos los indicios, incorporar la
región foral a Vascongadas es algo respetable y, desgraciadamente,
constitucional. Sería asumible (aunque estoy en contra, porque supondría que el
pez chico que nunca ha sido nada se coma al grande que fue algo durante mucho
tiempo) si, al menos, fueran buenos gestores.
Pero
es que son de izquierdas y, por lo tanto, se encuentran reñidos con lo que se
da en llamar una economía sostenible.
En realidad, es que no hay otra economía
verdadera que la sostenible, porque a
la insostenible se la conoce con el
nombre de ruina. Desde que en Navarra
gobierna ese contubernio de todos contra
el PP, encabezado por esa pájara (chiste fácil con la traducción de su
nombre al español: Paloma) que es la
máxima representante del Estado en la comunidad autónoma, la deuda pública ha subido más de cuatrocientos euros por habitante.
Pues
nada: en tiempo de rojos, hambre y piojos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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