Errar
es humano; echarle la culpa a otros es más humano todavía; pero lo más humano
de todo es ver la paja en el otro ajeno y no la viga en el propio; o, dicho de
otra manera, el doble rasero, la ley del embudo, el doblevarismo.
En
esto, los neocom españoles demuestran
ser, una vez y otra, más humanos que la mayoría: yerran, echan la culpa a otros
y juzgan a los demás con mucha más severidad que a ellos mismos. Cuando Junior, la bruja Piruja y toda su patulea se dedicaban a acosar e intentar
intimidad a sus contrincantes ideológicos (aunque ellos los consideren
enemigos) –eso que llaman escraches-, decían pamemas como que aquello era jarabe democrático o que era el modo en
que los de abajo protestaban contra los de arriba.
Pero
¿qué pasa cuando el increpado es el de la cola de caballo? Y con banderas de España,
nada menos. Pues que aquello es una conducta intolerable -hay que ver,
atreverse a molestar al líder (auto) ungido de la gente-, y que la culpa es… de Aznar, nada menos.
Se
ve que el Chepas sigue teniendo
atragantado el repaso que le dio Josemari en sede parlamentaria. Pues que
trague quina… y se acostumbre a dosis generosas de ese jarabe que antaño repartía y ahora le vuelve multiplicado.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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