Cuando
los neocom llegaron a la arena
política, lo hicieron alardeando de que ellos no eran como la casta, sino que eran honrados a carta cabal y que mirarían
siempre por la gente. El enterrador
de Izquierda Hundida (vale, un paleocom tan inane que hace bueno hasta
a Llamazares… y ya es decir) incluso llegó a decir que alguien de izquierdas
viene a ser genéticamente incapaz de delinquir… lo que daría un fundamento
científico a aquello que dijo el hermano de miemmano
de que los socialistas podrían meter la pata, pero jamás la mano.
Pues
resulta que, una vez encaramados a la poltrona, los adalides de la nueva política se comportan exactamente
igual que los vilipendiados (por ellos) representantes de la vieja política. No
sólo colocan a cuanto conocido (pareja, ex pareja, padre, hijo, primo de una
tía segunda…) pasaba por allí, sino que incluso pergeñan fondos millonarios sin
control para entregar a proyectos afines.
Es
el caso de Madrid cuando estaba regido por doña
Rojelia, Rita Maestripper y demás
patulea: las seis entidades que optaban al concurso fueron constituidas justo cuando se anunció. Menos mal que llegó el trifachito
a la plaza de Cibeles y cerraron el grifo.
Treinta
millones del ala que nos hemos ahorrado los madrileños…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario