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está predispuesto a que le gusten los libros de Stephen King. No deja de ser
irónico que fuera un autor que esquivé hasta bien entrada mi segunda década de
vida, y que me estrenara con It, quizá
no la mejor de sus obras pero sí la sublimación de su estilo (algo parecido a
lo que ocurre con La alternativa del diablo y Frederick Forsyth, que también fue el primer libro que leí del
británico).
A
lo que iba. Esta novela cierra la trilogía que el autor de Maine dedica a Bill
Hodges. Tiene, por tanto, un aire cierto (que no un cierto aire) a melancolía, a
acabarse, a fin de un ciclo, desde el título hasta la última página… aunque,
por lo que he leído en Wikipedia, parece que Holly Gibney aparece en al menos
una obra posterior de King (posterior tanto en su fecha de elaboración como en
su posición dentro de la cronología interna de lo que podríamos llamar el Kingverso, el mundo en el que
transcurren las historias de Stephen King), así que…
Mr. Mercedes se caracterizó por
ser una novela, llamémosla así, realista: nada de demonios o monstruos (al
menos, en el aspecto físico), nada de poderes paranormales, nada de entidades
sobrenaturales. King ya había tenido obras de este estilo –Cujo es la primera que me viene a la mente-, aunque ninguna de esta
temática (lo que podríamos llamar género policíaco).
Quien pierde, paga siguió más o menos
esta línea, pero ya apuntaba elementos fantasiosos.
Esa tendencia cristaliza en la tercera parte: es un elemento pequeño –que no
voy a descubrir aquí- pero esencial para la trama, que para el resto se apoya
en elementos completa y (podríamos decir) científicamente tangibles.
A
pesar de todo, casi estoy por perdonárselo al autor. Como he dicho al
principio, estoy predispuesto a que me gusten sus novelas, y me gusta ese
estilo que tiene y que llamo de bola de
nieve: empieza despacio para luego ir acelerando y acelerando. Aunque aquí
hay un matiz, porque poco después de mitad de la novela parece ralentizar el
paso y narrar los últimos sucesos con más calma, o por mejor decir a cámara
lenta.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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