jueves, 3 de julio de 2014

Todo un espectáculo

Crecido en el medio televisivo, todo lo que rodea al partido de Junior tiene que ser mediático. Lo cual no evita que, eliminada esa variable, sus actuaciones sean exactamente iguales a las de esa casta (sección izquierdosa, claro) de la que dice abominar.
Así, preguntado por los asesinos de la banda terrorista vasca de ultraizquierda, ha respondido que el terrorismo de ETA tiene explicaciones políticas. Es decir, y haciendo abstracción, que para algunos la violencia tiene justificación si se produce en según qué circunstancias y proviniendo de según quiénes (de los suyos, claro).
En una conferencia celebrada en el Hotel Ritz (pero qué sitio más humilde y poco elitista, Junior) le reprocharon su apoyo a la dictadura venezolana. El que lo hizo parecía saber de qué hablaba, puesto que tiene familia allí. Y no es que fuera sospechoso de ser de la derechona, puesto que se trataba del camarero que en una de las últimas algaradas de los indignantes se encaró con las fuerzas del orden para defender a los delinquidores que se habían refugiado en el local en el que trabajaba. ¿La respuesta de Junior? Que el nunca ha asesorado a nadie para que mate o torture (lo malo es que nadie ha dicho eso, Junior; sólo que asesorais y apoyáis a gente que mata y tortura, pero al parecer si vosotros no os mancháis personalmente las manos, no pasa nada…). ¿La de sus partidarios? Amenazar al camarero, que ha tenido que dejar su puesto de trabajo
Y en cuanto al europarlamento, de vergüenza ajena. Primero, los periodistas (extranjeros, oiga, nada de la canallesca patria) se dedican a aplaudirle (al fin y al cabo, es una estrella televisiva, casi un colega y, desde luego, lo que a ellos les debe gustar llegar a ser...). Y luego, en su primer discurso, sobrepasa en mucho el tiempo concedido. Como un Fidel Castro que se hubiera implantado la barba en la nuca…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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