viernes, 29 de agosto de 2014

El cristal con que se mira

En teoría, dado el régimen escasamente democrático que impera en Cataluña desde hace décadas, debería suponerse que los nacionalistas, al menos a nivel institucional, deberían tenerlo todo atado y bien atado. Sin embargo, a tenor de lo ocurrido hace una semana, parece que la cosa no es así.
Deseoso de aparentar que guarda las formas, la Generalidad envió su ley de consultas a un cierto Consejo de Garantías, integrado por nueve miembros, para que dijera si la misma se ajusta o no a la Constitución. Pues bien, resulta que el Consejo dio su visto bueno… por un ajustado resultado de cinco votos a favor y cuatro en contra. No sólo eso, sino que los cinco votos a favor provinieron de consejeros propuestos por las formaciones nacionalistas, mientras que los cuatro en contra los emitieron consejeros propuestos por partidos nacionales (incluyendo en ese grupo a una formación tan poco previsible como Iniciativa por Cataluña-Los Verdes).
A pesar de tan exiguo resultado, Pacojones no ha tenido empacho en declarar que el Consejo ha validado de manera contundente y sólida la consulta. ¿Qué habría dicho de haber sido el resultado más amplio? ¿Qué el respaldo había sido ostentóreo? Ahora resulta que ganar por la mínima es hacerlo de manera contundente y sólida. Y yo que creía que el catalán era una lengua similar al español… porque, en mi idioma, contundente y sólido significa otra cosa distinta… Vamos, básicamente, lo contrario.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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