lunes, 6 de octubre de 2014

La guerra de Gila

Dicen por ahí que un millar de monos tecleando al azar serían capaces de escribir las obras de Shakespeare. Claro que, añado yo, también es posible que lo que parieran fuera una sarta de chorradas. Y, francamente, estoy más convencido de lo segundo que de lo primero, vistas las tonterías que se dedican a lanzar los círculos de Podemos.
El último ha sido el de los militares. Entre sus propuestas delirantes se encuentran las siguientes, que dejan los chistes de Gila, con sus llamadas al enemigo, como algo casi próximo a El arte de la guerra, de Sun Tzu:
  • someter a referéndum la participación en misiones en el exterior. Es decir, que los compromisos internacionales que pueda haber contraído España serían papel mojado.
  • eliminar los privilegios de la casta militar. La verdad es que ya empiezan a resultar cansinos con eso de casta… y los que lo dicen son militares.
  • acabar con los roles de superioridad/subordinación entre escalas y empleos. El escalafón, a la mierda. Como todos somos iguales, eso de que unos manden sobre otros se terminó.
  • el fin del régimen disciplinario para que las sanciones militares sean administrativas y con todas las garantías legales, como ocurre con otros cuerpos como la Policía, además de la supresión de la justicia militar. No se dan cuenta, o quizá sí, que si las sanciones y la justicia en el ámbito castrense son distintas al común de los ciudadanos, es porque ese ámbito es distinto (necesaria e ineludiblemente distinto) al del común de los ciudadanos.
  • los ciudadanos deberían poder elegir al jefe de los Ejércitos. Esta última ya es de traca. Renuncio a comentarla.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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