jueves, 23 de octubre de 2014

Vaya vaya vaya…

Según los defensores de la intervención en Irak (la mal llamada segunda guerra del Golfo, porque la primera nunca terminó, así que sería la segunda parte de una única guerra), esta se produjo porque Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva. Según los retroprogres, tal afirmación era una falacia y la intervención se producía, para simplificar, por el petróleo (demasiado bien no les salió la cosa, porque el precio del petróleo no es que haya bajado demasiado desde entonces). Poco importaba que el de Tikrit fuera un tirano genocida: se oponía al imperialismo yanqui, y eso le hacía defendible a ojos del rojerío.
Ahora, el New York Times ha reconocido que las tropas estadounidenses encontraron miles de armas químicas (que, mientras no se demuestre lo contrario, son armas de destrucción masiva) en Irak. No voy a esperar sentado a que los manifestantes del No a la guerra pidan disculpas o, al menos, reconozcan que metieron la pata. Y no voy a hacerlo, principalmente, porque se me dormiría el culo…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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