lunes, 30 de marzo de 2015

Cosas veredes

Hay varias razones posibles para que varios jueces de la Audiencia Nacional estén maniobrando, pese a la decisión del Tribunal Supremo, para llevar a Luxemburgo la acumulación de penas a los asesinos de la banda terrorista de ultraizquierda y así disminuya –aún más- el tiempo que pasen en prisión.
Una de las causas, y la más humana, sería el miedo. Varios miembros de la Audiencia Nacional, tanto jueces como fiscales, han caído bajo las balas de los etarras. Aunque de momento no estén ejerciendo su siniestro oficio, nada descarta que vuelvan a hacerlo. Y, en esa tesitura, es mejor tenerles contentos y, llegado el caso, poder recordarles que trabajaron en su favor.
Otra posible causa sería el criterio profesional. Que después de una cuidadosa consideración, y ponderando todos los factores jurídicos en juego, hayan llegado a la conclusión de que lo más justo y equitativo no es obligarles a cumplir las penas de todos y cada uno de sus crímenes (del tono de la redacción se puede deducir qué es lo que me parece esta alternativa).
Finalmente, cabe que estén actuando de esta manera por convencimiento ideológico. Es decir, que se aprecie una cierta comunión de ideas (de ideologías, más bien) entre los encargados de administrar la Justicia y los que han de soportarla.
El que los antedichos jueces pertenezcan al llamado sector progresista de la judicatura hace que la última alternativa, por repugnante que resulte, no sea en absoluto descartable.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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