domingo, 29 de marzo de 2015

De cojos, mentirosos y atrapar a unos y otros

Dice el refrán español que antes se coge a un mentiroso que a un cojo. Otra versión es que la mentira tiene las patas muy cortas. Una variante podría ser que si le das suficiente cuerda a un progre, se ahorcará él solito.
En el aparente ocaso de su desempeño de la secretaría general de la Unión General de Trabajadores, Cándido Méndez (que de pardillo sólo tiene el nombre) se ha descolgado diciendo que hay que erradicar los malos hábitos de UGT.
La monserga de la izquierda ante los casos de corrupción dentro de sus propias filas consistía en afirmar que se trataba de eso, casos, fenómenos aislados que en ningún caso tenían un carácter general, a diferencia de la Derecha, donde tales prácticas vendrían poco menos que incrustadas en el código genético.
Sin embargo, el empleo de la palabra hábitos denota, quizá por una traición del subconsciente, una costumbre, una repetición, una –precisamente- habitualidad que demuestra que los sindicatos españoles, o al menos los denominados tradicionalmente más representativos, se encuentran, también ellos, podridos hasta la médula.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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