Cuando doña
Rojelia ascendió a la alcaldía de la Villa y Corte le comenté a mi padre
que no las tenía yo todas conmigo acerca de que fuera a terminar la legislatura
encaramada a lo más alto del consistorio municipal. Y no porque, a pesar del
precio que las tensiones inherentes a semejante cargo pueden provocarle a
alguien de su provecta edad, fuera a llevársela la Parca, sino porque podía
acabar descabezada hasta por sus propios conmilitones (o, dado que ahora dice
que no es ni ha sido nunca comunista, por sus propios compañeros de bancada).
Sin embargo, ahora pienso que lo mismo no llega ni
a final de año. Y es que la mayoría que la sustenta es tan exigua –de verdad,
estoy esperando que se despiste y diga algo como los madrileños han votado por el cambio para que Esperanza Aguirre,
que no tiene pelos en la lengua, le dé un ¡zas,
en toda la boca! y le diga que son muchos más los madrileños que no quieren
que gobiernen los neocom que los que
sí, o que los que no quieren que gobierne el Partido Popular; que han sido los
segundos más votados, vamos, no los primeros- que bastaría que un solo concejal
cambiara el sentido de su voto –y con los resquemores que anidan en la sección
capitalina de la federación socialista madrileña, no sería de extrañar- para
que la antigua juez desahuciadora cogiera el Metro de vuelta a su casa, de
donde no debió salir (al menos, no en dirección al Palacio de Comunicaciones).
Esperanza Aguirre, que de tonta no tiene un pelo y
que tiene un gran instinto político (quién lo hubiera dicho, cuando comenzó de
concejal de medio ambiente hace casi un cuarto de siglo) ya ha ofrecido al
defenestrado Carmona un pacto para dar la alcaldía a Ciudadanos, sin contar con el PSOE. Prueba de que a ella no le mueve la ambición personal (o, al menos,
que está dispuesta a lo que sea para dar esa impresión), ha reiterado que el
Partido Popular votará al candidato que goce de mayor consenso.
Candidato que, en el momento actual, y tras tres
meses y medio escasos en el puesto (no diremos que ejerciendo de alcalde,
porque casi la mitad de ese tiempo se lo ha pasado de vacaciones… lógico, la
mujer ya tiene una edad y no está para según qué esfuerzos) no parece ser la antigua abogada laboralista (porque eso sí que lo fue… ¿o no?).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario