lunes, 2 de abril de 2018

De asco


Hace un par de semanas -¿ya? ¡Cómo pasa el tiempo!- fallecía un inmigrante senegalés a pesar de los esfuerzos de dos policías municipales por reanimarle. Naturalmente, los neocom aprovecharon la ocasión para hacer leña del árbol caído.
Poco les importó que la muerte del senegalés se produjera a causa de un infarto. Poco les importó tener responsabilidades de gobierno. Cualquier pretexto es bueno para hacer demagogia barata… aunque lo de barata se queda corto, porque soltaron proclamas de la más baja categoría intelectual (no digamos ya moral): que si el fallecido era una víctima del sistema capitalista, que si la policía no estaba para castigar a un barrio (cuando, por lo que se ve por las imágenes de televisión, las fuerzas del orden demostraron una paciencia y aguante dignos de todo encomio)…
Naturalmente, doña Rojelia respaldó a aquellos de sus concejales que propalaron el bulo sobre lo sucedido, y con sorpresa mal fingida preguntó ¿dimisión? ¿de qué?, mientras que un sindicato de la policía municipal madrileña se querellaba contra el eslabón perdido y la inmigrante sudamericana.
Como parece que la Justicia está demostrando una cierta independencia del poder político en las últimas fechas, quizá les veamos entre rejas, y todo…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: