viernes, 24 de mayo de 2019

Ni con agua caliente

Jubilación viene de júbilo, solía decir uno de mis jefes cada vez que celebrábamos un ágape para despedir a algún compañero que abandonaba la vida laboral activa y pasaba al retiro.
Sin embargo, en una etapa de la vida en la que la mayoría de la gente lo que quiere es disfrutar de los nietos (ignoro si los tiene; compadezco a las criaturas si existen) y vivir con placidez, doña Rogelia le ha debido coger el gusto a eso de pillar cacho del poder. Si hace unas semanas manifestó que no contempla pasar a la oposición, ahora confirma su apego a la poltrona y se abre a entrar en un gobierno municipal encabezado por el señor Hernández, de cuya bonhomía y hasta buenas intenciones no dudo, pero cuya capacidad como polemista es, a tenor de todas las crónicas, manifiestamente mejorable.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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