sábado, 4 de mayo de 2019

Por fin un poco de sensatez

La selección española de fútbol tuvo tres buenos campeonatos consecutivos –las Eurocopas de 2.008 y 2.012 y el Mundial de 2.010-, pero los tres siguientes han sido desastres palmarios, por persistir en lo que podría calificarse de guardiolismo a ultranza.
Me explico. José Guardiola, el entrenador más sobrevalorado del planeta Tierra (empezando por él mismo) y de parte del extranjero, tiene un sistema de juego (que, además, no es invención suyo, sino que bebe a partes iguales de Johann Cruyff y de Luis Aragonés) que no varía aunque varíen los jugadores o el equipo, y que prima la posesión por encima de todo: el llamado tiqui-taca.
Ese estilo funcionó en el Barcelona, y en la selección española, porque coincidió una generación de futbolistas verdaderamente excepcional y, en el caso del equipo culé, porque contaba con uno de esos escasos jugadores capaces de decidir un partido prácticamente solo.
Sin embargo, esa manera de jugar, ese pasar y pasar hasta aburrir al rival, dejó de ser un medio para convertirse en un fin: lo importante era la posesión en sí misma, con independencia de que se marcaran o no goles. Cómo serían las cosas que en una eliminatoria de la Copa de Europa en la que el Báyern le metió siete goles al Barcelona, el charnego se despachó diciendo que sí, que vale, pero que ellos habían tenido un setenta por ciento de posesión.
Lo mismo ocurrió en los octavos de final del último mundial: en el partido contra los anfitriones, España dio más de mil pases (literalmente), pero no fue capaz de meter ni un solo gol y acabó eliminada en la tanda de penaltis.
Todos estos años, cuando alguien ha osado criticar ese sistema de juego, ha sido vituperado, y tildado poco menos que de ignorante balompédico. Para el charnego, sus colegas y corifeos, la única manera no ya admisible, sino incluso concebible de jugar al fútbol era el tiquitaca: todo lo demás eran tonterías.
Pero parece que poco a poco algunos van viendo la luz. Recientemente, el jugador del Celta Santiago (supongo que ese será su nombre de pila) Aspas lo ha manifestado: España debe olvidarse del tiqui taca y redefinir su estilo. Se puede decir más alto, pero no más claro.
Y es que dejémonos de monsergas: en fútbol, gana el que mete al menos un gol más que el rival. Y punto.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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