miércoles, 1 de abril de 2020

Coronavirus (22)

Que el Gobierno español está gestionando la crisis del Covid-19 de modo manifiestamente mejorable -al menos, para el común de los españoles; de sus posibles objetivos personales, al ser ocultos o no manifiestos, no puedo conocerlos, sólo imaginarlos y temer lo peor (piensa mal y acertarás)- es algo que, salvo sus defensores más acérrimos o la gente que en lugar de ponerse la mascarilla tapando la boca y la nariz lo hace tapándose los ojos, tiene meridianamente claro.
Y no sólo es que lo demuestre la gestión que algunas comunidades autónomas -de modo nada curioso, gobernadas por el PP- están haciendo, a veces con el Gobierno en contra, y no a favor precisamente; es que desde las propias filas socialistas se producen declaraciones que ponen de manifiesto la inepcia gubernamental en el mejor de los casos (en el peor sería una negligencia que raya en lo criminal).
Que alguien que hasta hace cosa de año y medio era considerado como poco menos que un pelele político, amortizado y hasta desahuciado, aparezca ahora por comparación como un buen gestor; como un estadista o poco menos lo pintarían los medios afectos, si la situación ideológica fuera a la inversa. Y no sólo eso, sino que hasta es capaz de hacer frases bastante redondas, como cuando, tras donar respiradores a la comunidad de Madrid, ha dicho que o somos españoles de verdad o de boquilla. Francamente, mejor ser españoles de Bonilla que de boquilla.
Y en el otro lado están los propios socialistas, que por mucho que se empeñen los apologetas van descubriendo las vergüenzas del dúo Picapiedra. Porque cuando Emiliano García Page, que no es precisamente un cualquiera, dice que el Gobierno les pidió que no cerraran los colegios para no generar alarma, ¿qué hemos de pensar? ¿Qué miente? ¿Por qué lo haría? Pero si lo que dice es cierto…
…entonces es mucho peor.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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