Al comienzo de todo este sarao publiqué en Facebook una imagen en la que, sobre los retratos de distintas figuras de la izmierda española (políticos, pero también artistas), se señalaba que esas personas habían antepuesto su ideología a nuestras vidas. Por parte de algún conocido progresista me cayeron flores sin cuento (flores que me tomé como un cumplido, porque me indicaban que había dado en el blanco), al tiempo que ese conocido manifestaba que no estaba dispuesto a admitir comentarios políticos porque era hora de arrimar el hombro y demás pamemas progres.
Esa
postura se mantuvo por ese lado de mis conocidos -como atenuante diré que,
aunque entonces no lo supiera, una persona había contraído la Covid-19;
afortunadamente, salió con bien-, que ante cualquier crítica o incluso mera chanza
hacia Sin vocales o su desgobierno socialcomunista ponían pies en pared
reclamando tranquilidad.
Naturalmente,
los progres -mis conocidos, hasta donde recuerdo, se han comportado
decentemente en ese aspecto- no han actuado de la misma manera. Para ellos, no
politizar una cuestión quiere decir que no la politicen los demás: los
progres pueden politizar lo que les venga en gana. Mintiendo, además, como
bellacos, o sacando las cosas de contexto o, directamente, citando la parte que
les conviene: de las declaraciones de Isabel Díaz-Ayuso diciendo que “no se
trata de confinar al cien por cien de los ciudadanos para que el uno por ciento
contagiado se cure, se trata de detectar al uno por ciento que va contagiando y
que el noventa y nueve por ciento salga a la calle a buscarse de vida” se
quedan con la primera parte y así, claro, pueden tildar de psicópatas a los
políticos del PP por no importarles las vidas de ese uno por ciento.
De
psicopatías sabe mucho el desgobierno que padecemos, al que la muerte de los
cincuenta mil españoles que llevamos (de momento) les resbala como el agua que
llueve. Y eso no es tergiversar: Seguridad Nacional alertó once veces al Gobierno sobre el coronavirus antes del trece de Marzo y no sólo es que no hicieran ni puto caso: es que lo ocultaron y repitieron, una y otra vez, que lo que ha ocurrido era imprevisible.
Por ello, y por mucho más…
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