viernes, 8 de enero de 2021

Es la ruina, estúpidos

Si pones a un inútil a cargo de la gestión de algo, aunque ese algo haya ido bien, acabará por ir mal cuando la inercia de la situación favorable previa desaparezca; caso típico, el de Vicente del Bosque como seleccionador español de fútbol, que recogió el fruto del trabajo de Luis Aragonés (ese sí que sabía) y logró un Mundial y una Eurocopa… para estrellarse del peor modo posible cuando las figuras que hacían posible el tiquitaca se fueron retirando o, simplemente, perdieron fuelle.

Si pones a un sectario, llevará a cabo sus perversos designios con gran eficacia. Caso típico: Hitler o Stalin, dos sociópatas que exterminaron con letal efectividad a todos aquellos que se les pusieron por delante, fueran judíos, ucranianos o polacos.

Pero si coges a un sectario inútil, o a un inútil sectario, puedes estar seguro de que tomará decisiones interesadas, pero que además será incapaz de llevarlas a cabo. Pocas semanas después de que el Congreso de los Diputados aprobase por una amplia mayoría el Informe de evaluación y reforma del Pacto de Toledo -un documento que incluye diversas recomendaciones orientadas a reformar el sistema de pensiones y que ha sido asumido con entusiasmo por el gobierno de España, que prepara su implementación-, desde la Fundación de Estudios deEconomía Aplicada (Fedea) consideran que tanto la Comisión del Pacto de Toledo y el gobierno comparten un diagnóstico francamente optimista e intencionadamente tranquilizador de la situación actual y perspectivas futuras de nuestro sistema público de pensiones. En su opinión, el actual déficit de la Seguridad Social se debe por entero a que el sistema soporta una larga serie de gastos impropios que debería sufragar el Estado y debe verse por tanto como el resultado accidental de una mala contabilización, y no como un indicio de la existencia de problemas de sostenibilidad.

Fedea argumenta que los gastos realmente impropios que el sistema contributivo de pensiones soporta en la actualidad ascienden, en el mejor de los casos, a algo menos de la cuarta parte del déficit previsto. Sí habría, por tanto, motivos para preocuparse por la viabilidad actual del sistema de pensiones y la estrategia de 'saneamiento' que propone el Gobierno puede ser contraproducente, porque trasladar el agujero presupuestario a otro sitio reducirá la presión para abordar sus causas reales.

Por resumir: el gobierno pretende resolver el problema ofreciendo un cheque en blanco con cargo a la Administración General del Estado, pero eso sólo creará las condiciones para que el desajuste siga creciendo hasta convertirse en inasumible.

O dicho de otra manera: vamos directos al precipicio pero, eso sí, de lo más tranquilos.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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