sábado, 9 de enero de 2021

Puñeterías

Dada la politización a la que durante el felipato sometió el PSOE a todo lo que se le puso por delante -politización que ninguno de los gobiernos que han venido después ha aminorado en lo más mínimo-, muchos de los elementos del edificio institucional de España carecen, para algunos, de la más mínima credibilidad.

Quizá la excepción sea el Defensor del Pueblo, para el que, por lo general, se elige a personas respetables. Pero ni el Supremo, ni el Constitucional, ni el CGPJ, han dejado de ser habitualmente una simple correa de transmisión de los partidos que propusieron a sus miembros.

Sin embargo, parece que todo tiene un límite, y que el desgobierno socialcomunista ha cruzado ese límite. Decididos a controlar (aún más) el llamado órgano de gobierno de los jueces, amenazó con paralizar la posibilidad de que el mismo realizara nuevos nombramientos hasta que no se renovaran sus miembros, bien por las buenas -llegando a un acuerdo con el PP, siguiendo el sistema actual- o bien por las malas (cambiando la mayoría de elección, de cualificada a absoluta).

Pues bien, el CGPJ ha plantado cara a los sociópatas que nos gobiernan y hace algo más de tres semanas realizó cuatro nuevos nombramientos, incluso con el voto favorable de vocales progresistas (léase, nombrados a propuesta de los de la mano y el capullo).

Quizá no tengan su corazoncito, pero parece que un adarme de dignidad sí que les ha dado.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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