domingo, 10 de enero de 2021

Sorpresas a pares

Y el poder judicial -aunque, sensu strictu, el Tribunal Constitucional no forma parte del mismo- no para de darnos alegrías. Hace cosa de un mes, en apenas cuarenta y ocho horas, emitió dos resoluciones que, por más que estar más que puestas en razón, no por ello dejaron de sorprender. Agradablemente, claro, porque uno no se las espera en un país de giliprogres y acomplejados.

La primera fue aprobar que los ultrajes a la bandera de España no están amparados por la libertad de expresión; esta decisión se tomó por la mínima (seis votos contra cinco). La segunda, dos días después, fue considerar que el perturbar una ceremonia religiosa tampoco está amparado por la libertad de expresión (casualmente -nótese, por favor, la ironía-, las ceremonias religiosas que se perturban son siempre del mismo credo... ¡Premio! El católico).

Y es que, como suele decirse, la libertad de uno termina donde empieza la de los demás.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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