La desfachatez de los políticos españoles de izquierdas es de sobra conocida. Sin embargo en esto, como (desgraciadamente) en tantas otras cosas, el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer está superando todas las cotas anteriores.
Que
los suciolistos han utilizado los medios públicos como propios -ya sea
propios del partido o propios particulares- es una vieja tradición, del Mystére
para ir a ver los toros saltándose un atasco al Falcon para ir a un
concierto o asistir a la boda de un cuñado, pasando por el empleo del CIS como
herramienta para determinar el mejor candidato en unas elecciones, la lista es
larga.
Pero
nunca lo habían reconocido de modo tan palmario y con tanta desfachatez como
acaba de hacer el filósofo perico, al reconocer tener ventaja electoral en las
elecciones regionales catalanas por mantenerse en el cargo de ninistro
de Mortandad. Y lo ha rematado con un me da igual.
Al menos, no ha hecho como su colega de gabinete y no ha dicho que se la pela, se la bufa, se la trae floja, se la refanfinfla, le trae por el forro de los cojones y demás coloridas expresiones de significado equivalente.
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