domingo, 17 de enero de 2021

Sidi

Poco a poco voy reduciendo la demora desde que un libro ingresa en mi biblioteca hasta que me lo leo. En este, por ejemplo, sólo han pasado quince meses. Aunque teniendo en cuenta que a no demasiada distancia está una monumental biografía de Churchill, y que en cierto modo estoy haciendo trampas -reteniendo los libros de The Expanse o los de la segunda trilogía de Thrawn hasta tenerlos todos-, a no mucho tardar las cosas no pintarán tan bien.

Centrándonos en la novela escrita por Pérez-Reverte sobre Rodrigo Díaz de Vivar, decidí adquirirla (o que me la adquirieran, ya que fue un regalo de cumpleaños) por las buenas críticas que había recibido. Sin llegar a considerarla una obra maestra -tirando de memoria, diría que mi novela favorita de Pérez-Reverte es El maestro de esgrima-, debo reconocer que está bien escrita y que entretiene.

Sin duda, el autor ha tirado de su experiencia como periodista de guerra para mostrarnos, en cuatro cuadros -el destierro, el servicio al rey moro de Zaragoza, la adquisición de Babieca y la obtención de la Tizona-, apenas un lustro de la vida del soldado castellano que entró en la Historia con poco más que la fuerza de su brazo.

Pérez-Reverte, como digo, tira de experiencia, y no endulza para nada las escenas de batalla. En poco menos de cuatrocientas páginas, moros y cristianos mueren, y no de forma precisamente agradable, aunque tampoco recreándose en las descripciones. No podía faltar la típica escena subidita de tono, imprescindible al parecer en los tiempos que corren por aquello del realismo o la veracidad. Escena que, sin embargo, no tiene repercusión alguna una vez ha sucedido.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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