jueves, 19 de agosto de 2021

Muerte al alba

Es la segunda novela que leo en apenas un mes que parece un intento de hacer una versión propia de It. Al igual que Un verano tenebroso, ésta se publicó en 1.991 (un lustro después que la novela del autor de Maine). El resto de los rasgos característicos son muy similares: un grupo de preadolescentes (en este caso, el más reducido de las tres novelas: sólo cuatro), el papel que juegan las bicicletas, una cierta maldad bajo una cubierta de la América rural idílica (en cierto modo, más difusa que la de las novelas de Simmons y King, pero también mucho más terrenal), un personaje que en el futuro será escritor (en esta novela es indudablemente el protagonista principal, además de narrador en primera persona y especie de alter ego del autor).

Como he dicho, los malos de la novela no tienen nada de sobrenatural: un clan de rufianes sureños y un nazi huido (huy, perdón, espóiler). Tampoco hay mucho de sobrenatural en la trama, si exceptuamos el personaje de la Señora, que parece tener alguna clase de conexión con el mundo espiritual, la habilidad de convertir cartuchos en culebras y el dotar a la bicicleta de Cory de una especie de inteligencia artificial que le permite prevenir peligros y esquivarlos.

Una novela entretenida, en la que los protagonistas son chavales y que está narrada desde el punto de vista de un chaval, lo cual tiene no poco mérito. Eso sí, el título en español -que no tiene ninguna relación con el Boy’s life original- se carga todo el inicio de la novela.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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