jueves, 12 de agosto de 2021

Proceso al proceso (255)

Tengo un amigo que, refiriéndose a los que se consideran a sí mismos muy por encima de sus verdaderos merecimientos, los define como quien se cree mierda y no llega a pedo.

En ese grupo cabría incluir a los supremacistas catalanes y vascos, que lo mismo consideran que tienen un culo más respingón que el de los maquetos -y se avienen a dejárselo medir, con el ridículo consiguiente cuando el interlocutor demuestra que, aunque la cabeza pueda ser de menor tamaño, el ingenio es muy superior- que estiman que son de una raza superior, más estéticamente agraciada y de lengua más melodiosa y rica que las del resto de España.

Así las cosas, no es extraño que tachen de primitivos los estatutos de otras autonomías -salvo que, en ese dialecto del occitano que se hablaba en Barcelona, primitivo signifique constitucional-, o que afirmen que la relación bilateral entre la entre el consejo regional de gobierno y el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer no es un trato de favor, sino un trato justo.

Mira, mona, no te digo yo lo que consideraría daros un trato justo porque me llaman machista, fascista, centralista, imperialista y no sé yo cuántos istas más. Y primitivo: además, primitivo.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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