domingo, 4 de septiembre de 2022

Cutres hasta decir basta

Parece que hubiera pasado una eternidad, pero hace apenas cinco semanas que saltó a los titulares el último despilfarro del ninisterio de Lomismodá. Y es que, si se hubiera tratado sólo de un despilfarro, no habría pasado gran cosa: otro más, al fin y al cabo.

Pero es que la cosa ha resultado chusca, hasta para los estándares neocom (que ya es decir). El precio del contrato fue de ochenta y cinco mil euros, de los que la agencia que resultó adjudicataria destinó sólo cinco mil a remunerar al autor material del cartel. Y, la verdad, el hombre se merecía más.

Al fin y al cabo, puso pelo en sobacos donde no lo había. A una de las modelos, que tenía una pierna artificial, se la retocó de modo que apareciera con dos piernas naturales. A otra, que había sufrido una doble mastectomía, le añadió un pecho. Y, en todos los casos, sin pedir permiso a las modelos: no ya para los retoques, sino siquiera para usar su imagen.

Lo peor de todo es que la campaña tenía como objeto el evitar la violencia estética en las playas este verano. Sea la violencia estética lo que sea, que en todo caso no debe ser, desde el punto de vista giliprogre, el usar imágenes ajenas sin permiso y retocarlas también sin permiso.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: