sábado, 3 de septiembre de 2022

Y si no, al tiempo

El marxismo -es decir, el comunismo de modo convicto y confeso, y el socialismo de tapadillo y como con vergüenza- siempre ha proclamado defender la causa de los más desfavorecidos (los parias de la Tierra). Pero esa proclama no son más que palabras vacías, un lema para engañar a las masas ignorantes. El marxismo siempre ha tenido, tiene y tendrá un único objetivo: la consecución del poder absoluto, a toda costa y por todo el tiempo que le sea posible.

Y, en la persecución de esa meta, ha ido absorbiendo todos los ismos que se le han puesto por delante y que, naturalmente, se han dejado absorber. Pero, como en las revoluciones de la primera mitad del siglo XIX, o como en los estupefacientes para los drogadictos, lo absorbido iba perdiendo fuerza, y se hacía necesario un chute de algo más fuerte para mantener el empuje.

A mediados del siglo pasado, la izquierda hacía bandera del feminismo. Cuando la matraca dejó de comprarse, se pasaron al NoCHeísmo, y feministas tradicionales como Lidia Falcón fueron tachadas de reaccionarias. Y ahora, llevado al extremo, ya hay pensadores que alertan de que en disposiciones como la llamada ley trans la t se está comiendo a la l y a la g (de la b no dicen nada).

Como lleguen los extraterrestres, estos alienados se hacen alienistas.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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