miércoles, 7 de septiembre de 2022

Proceso al proceso (426)

Izquierdistas españoles y secesionistas catalanes comparten muchos rasgos de carácter. Tantos, que casi se podría decir que son como dos caras de la misma moneda. Esos rasgos no es que no se den en otras ideologías de la piel de toro, pero en las dos citadas se dan de un modo más acusado. O así quiero verlo, para los propósitos de esta entrada.

Uno de esos rasgos es la defensa al ultranza que hacen de los suyos, incluso cuando las pruebas en contra son abrumadoras. González y toda la plana mayor de los de la mano y el capullo acompañaron a Barrionuevo y Vera hasta las puertas de la cárcel cuando fueron condenados por el caso GAL; el mismo González que, si mal no recuerdo, defiende la petición de indulto para Griñán tras ser condenado por el caso de los EREs falsos (el más importante de corrupción en España en lo que se refiere a la cantidad afectada).

Pero, llegado el caso, no tienen problema ninguno de deshacerse (políticamente, no nos equivoquemos) de quien piensan que puede ser un lastre. Y eso es lo que ha pasado en la asamblea legislativa catalana, cuya presidente ha cometido varios delitos relacionados con la periferia del butifarrendum II, y que se proponía resistir numantinamente en el puesto. Pero ierreceos, Clicks Unidos de Playmobil y suciocatalinos -los grupos con representación en la mesa de la cámara legislativa regional- la apartaron del puesto, tras lo que la afectada reaccionó tildándoles de jueces hipócritas.

Venga ya, Laurita: a la viceversa, tú habrías hecho exactamente lo mismo, sin dudar lo más mínimo.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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