jueves, 22 de diciembre de 2022

Golpe frustrado, golpista frustrante

La izquierda política española, y los pánfilos que todavía se creen sus pamemas, acusa a la derecha de infringir las normas y tensionar el normal funcionamiento de las instituciones.

A la izquierda política española, y a los crédulos que todavía la votan habría que recordarles que fue un vicepresidente de un gobierno socialista el que, todo ufano, proclamó que Montesquieu ha muerto. Habría que recordarles también que un fiscal progresista fue el que sostuvo que la toga de los magistrados debía mancharse con el polvo del camino en la lucha contra el terrorismo, implicando que había que hacer concesiones a los asesinos (sobre todo si eran de ultraizquierda, añado yo).

Y ha sido ese mismo fiscal, reconvertido sabe Satanás por qué medios en magistrado del Tribunal Constitucional, el que hace un mes intentaba que el tribunal de garantías avalara el nombramiento de los dos candidatos (personal, si no profesionalmente, no idóneos claramente para el puesto… pero eso es una constante con el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer) al mismo propuestos por el consejo de ninistros, sin esperar a los dos que debe elegir el Consejo General del Poder Judicial.

Y es que, toga limpia o toga sucia, la norma dice que el Tribunal Constitucional se renueva por tercios, no por sextos. Algo que, afortunadamente, la mayoría de magistrados del Constitucional (órgano que parece estar decidido a recuperar la dignidad que perdió al poco de nacer) tienen bastante más claro que el nada inocente Cándido.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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