jueves, 15 de diciembre de 2022

Si es malo, es malo

La izquierda se reconoce, entre otras cosas, por arrogarse la representación de colectivos que ni le han pedido que les representen ni se sienten representados por ellos. No conciben, además, la existencia de personas pertenecientes a esos colectivos que dicen representar que mantengan posturas contrarias a las de la izquierda.

Para más inri, torpes y malvados como son, las actuaciones de la izquierda suelen perjudicar a sus representados. Y esto sucede desde el principio, y en todos los órdenes de la vida. Veamos algunos ejemplos.

Desde el principio, la izquierda dijo representar a la clase trabajadora, los proletarios. Pero en los países comunistas, los trabajadores vivían -viven- mucho peor que en los países en los que impera el malvado capitalismo.

La izquierda también dice sustentar los valores ecologistas. Pero no sólo los popes del ecologismo sandía contaminan más que nadie, sino que los mayores desastres ecológicos (el caso del mar de Aral, sin ir más lejos) han tenido lugar en países comunistas.

La izquierda se postula como defensora de los derechos humanos, de la libertad de pensamiento y de la cultura. En los países comunistas más te vale no hablar de derechos humanos, si no quieres que violen los tuyos; más te vale no pensar en voz alta, salvo que pienses lo que el poder quiere que pienses; y más te vale, en tu producción artística, no salirte de los cauces fijados por el poder, o lo pasarás mal.

La izquierda, en fin, se dice defensora de las mujeres. Pero cuando pergeña un engendro legislativo que, presuntamente, pretendía amparar a las víctimas (mujeres) de los malos tratos, y resulta que dicha norma lo que provoca es una cascada de reducciones de pena y excarcelaciones de maltratadores y violadores, la penúltima responsable -el último es el psicópata de La Moncloa- se atrinchera en el cargo y se niega a dimitir, mientras una de sus secuaces tiene el cuajo de reclamar que los medios de comunicación no informen de los recursos de los abogados de los delincuentes.

Libertad de información, sí… pero sólo para informar de lo que el poder quiere.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: