miércoles, 28 de diciembre de 2022

Pasándose de frenada

Uno de los jefes que tenido en mi vida profesional tenía, entre otros, un rasgo enervante: cuando te hacía una pregunta, daba lo mismo lo que le respondieras, porque él ya tenía una contestación preconcebida en su mente, y continuaría la conversación con independencia de lo que tú hubieras dicho. Así que, con el tiempo, opté por pagarle con la misma moneda, en el sentido de pasar de lo que me dijera.

Hasta donde sé, este hombre sigue vivo -aunque se jubiló hace cosa de una década-, por lo que no cabe que se haya reencarnado en el ninistro Pequeño. Pero tal parecería, a tenor del hecho acaecido con motivo del Consejo de la Guardia Civil celebrado hace un par de semanas. En dicho consejo se votaba la nueva ley de personal, esa que obliga a privilegiar a las mujeres en los procesos selectivos, aunque tengan peor nota que aspirantes masculinos.

La asociación mayoritaria en la Benemérita, Justicia para la Guardia Civil (JUCIL), se opone a esa medida, como también a la eliminación del delito de sedición o a la expulsión del Cuerpo de Navarra, y defiende la Constitución, el Estado de Derecho y la unidad de España. Son, en definitiva, un grano en el culo del psicópata de La Moncloa y del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer.

Fiel a su costumbre, el consejo de ninistros había incluido en la norma a debatir algo que no tenía demasiado que ver con ella, pero con lo que querían pillar en un renuncio a la asociación díscola. En concreto, rehabilitar a un grupo de guardias sancionados y expulsados injustamente en los años noventa.

El problema para la agencia de viajes para asesinos de ultraizquierda en que se ha convertido el antaño Ministerio del Interior es que no sólo JUCIL rechazó su propuesta. De hecho, ninguna de las asociaciones votó a favor de la misma, salvo la de los paniaguados que el poder procura colocar en todas partes.

Enlazando con el primer párrafo, el ninisterio ya tenía preparada una nota de prensa en la que se decía que el Consejo avalaba el proyecto. Digan lo que digan algunos, y sean cuales sean las razones por las que cada asociación votó en un sentido o en otro, el hecho es que, como diría Mark Twain, las noticias sobre ese aval fueron un tanto exageradas.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: