viernes, 14 de julio de 2023

Por sus hechos les conocerás

Cuando la izquierda enarbola una bandera, la que sea, se puede estar seguro de que lo que ocurrirá es que se envolverá en ella pero hará lo diametralmente opuesto.

Alzó la bandera de la democracia, y la mayor parte de las tiranías que en el mundo han ocurrido lo han sido de izquierdas, del fascismo a los soviets, pasando por el nacionalsocialismo o la China comunista.

Abrazó la bandera del ecologismo, y las mayores catástrofes ambientales imputables al ser humano lo han sido en países comunistas, de la casi desaparición del mar de Aral a Chernóbil.

Izó la bandera del reparto de la riqueza, y pocos individuos no vinculados a una empresa -la corona del Reino Unido puede considerarse casi una empresa, eso sí, familiar- han acumulado tanto a costa de tantos como los tiranos de los paraísos comunistas.

Tremoló la bandera de la defensa del proletariado, y en ningún lugar han sido los trabajadores tan explotados como en las economías marxistas planificadas.

Se arrogó, en fin, la defensa de las mujeres, y resulta que los secuestros parentales (léase: de madres que apartan a sus hijos del padre de las criaturas) han batido todos los récords desde que la marquesa de Villa Tinaja es ninistra de Lomismodá.

Y sí, he equiparado izquierda y tiranía porque la izquierda, la verdadera, es incompatible con la democracia. Al menos, con una que no sea popular, que hasta en eso hacen lo contrario de lo que dicen.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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