Cada cual podrá tener su opinión sobre si la infanta Cristina es inocente o no de los delitos presuntamente cometidos por su marido y, en caso de no serlo, si fue cómplice o se limitó a tolerar dichos delitos. Personalmente creo que es culpable, que tenía conocimiento de los delitos que cometía su marido, que se aprovechó de ellos y que, confiada en que por ser hija de quien es no le iba a ocurrir nada, incluso llegó a cometerlos. Y, como en el caso de aquellos que nacen con la vida solucionada, mostró actitudes francamente cutres, cargando a la sociedad (hablo en sentido empresarial, no político-socilógico) gastos verdaderamente ridículos.
Sin embargo, aquellos que la defienden estarían mejor calladitos. En el caso de Hacienda, porque quiebran el principio de que rectificar es de sabios; en el del Partido Popular, porque muestran desconocer ese adagio latino que comienza con excusatio non petita…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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