Cuando los
lugartenientes del caudillo lusitano Viriato, tras haberle asesinado, se
presentaron ante el comandante de los invasores a reclamar su recompensa,
recibieron como contestación la conocida frase de Roma no paga traidores (lo cual no es que siempre fuera cierto,
pero es verdad que queda muy solemne y luce mucho cara a la Historia).
Cristóbal Montoro y,
por elevación, su jefe Mariano Rajoy parece que sí lo hacen. No sólo continúan
aportando fondos a la comunidad autónoma catalana, sino que lo hacen en detrimento de otras comunidades autónomas en las que gobierna el Partido
Popular y que, de hecho, son la base del poder a escala nacional. Básicamente, Madrid. Aparentemente, el que la Casa de Correos se dedique a hacer las cosas bien no
gusta en Moncloa. Quizá porque les indica el camino que deberían seguir si
verdaderamente se desea sacar a España del atolladero económico en el que se
encuentra.
Y luego va el
Presidente del Gobierno y proclama que Madrid es sinónimo de una gestión exitosa. Quizá sea porque desde hace cosa
de una década ha tenido que aprender a apañárselas sin el auxilio de papá Estado… literalmente.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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