jueves, 19 de diciembre de 2013

Odiseo – El juramento

Hasta donde yo sé, ninguna obra de Manfredi ha obtenido el éxito que alcanzó con la trilogía Alexandrós (tras la cual leí la biografía que Mary Renault escribió sobre el rey macedonio, que me resultó mucho más entretenida), a pesar de que la mayoría de sus novelas giren en torno a la antigüedad griega. Teniendo en cuenta que Alejandro y Hefestión se consideraban como una especie de nuevos Aquiles y Patroclo, me ha dado la impresión de que en cierto modo Manfredi intentaba reverdecer laureles al tiempo que viene a contar la historia con la que se sentía tan identificado su personaje fetiche (al menos, en la novela que nos ocupa, que alcanza hasta el final de la guerra de Troya).
El ciclo artúrico, el de Robin Hood y la guerra de Troya son los tres temas de los que tengo más versiones en mi biblioteca. En los dos primeros casos lo que varían son las ambientaciones –celtas, medievales o anglosajonas-, mientras que en el tercero lo que suele variar es el punto de vista desde el cual es contada la historia. Como puede deducirse (en español resulta evidente, mientras que en el título original en italiano se recurre a la identidad que adoptó Ulises en su encuentro con Polifemo), Manfredi relata los acontecimientos desde el punto de vista del rey de Ítaca. Contado en un tono bastante realista –aunque se menciona a los dioses, ninguno aparece en persona en la narración salvo quizá Atenea, y aún en este caso no queda claro si se trata realmente de la diosa o bien de imaginaciones de Ulises-, aquellos acontecimientos que Ulises no presencia –por ejemplo, la visita de Príamo a Aquiles tras la muerte de Héctor- no son narrados, sino que (por así decirlo) el lector se entera de lo ocurrido al mismo tiempo que el personaje.
Habrá que ver si en el segundo volumen, que narra lo relatado en la Odisea y acontecimientos posteriores, se mantiene este mismo tono entre realista y escéptico, ya que el elemento fantástico es mayor: los cíclopes, las sirenas, Escila y Caribdis, Circe, Calipso…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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