Cuando el argentino
Bergoglio fue elegido Papa y comenzó su pontificado, sus dichos y obras le
granjearon una inmediata acogida favorable en los círculos progresistas, que
creyeron ver que a la cátedra de San Pedro había llegado alguien que comulgaba
(nunca mejor empleada la expresión) con sus postulados, en contraposición a sus
predecesores, exponentes para ellos del más rancio conservadurismo.
Sin embargo, pese a
todo lo que puedan pensar los progres,
el Papa no deja de ser un católico, y por lo tanto hay ciertas cosas que nunca
hará, ciertas líneas rojas que será difícil que cruce… o ciertas verdades
evidentes a las que no cerrará los ojos. Por lo tanto, no creo que se hayan
tomado demasiado bien la afirmación pontificia de que nunca habrá mujeres cardenales, o que el marxismo es una ideología equivocada.
Para los malpensados,
lo de las mujeres cardenales lo incluyo en el grupo de las líneas rojas, no en
el de las verdades evidentes. Ahí sí que va lo del carácter profundamente
erróneo del marxismo…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
P.D.: Es pura casualidad que el día de Navidad haya salido una entrada relacionada con el Papa...
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