La desfachatez de los secesionistas no
es que precise de muchos acicates; pero si no se ve respondida por quienes
tienen el deber y los medios de detenerles –es decir, por el Gobierno de
España-, es lógico que la cosa vaya cada vez a más.
Porque ya no es sólo la Generalidad. Ahora
son las diputaciones provinciales las que han cedido a Arturito Menos noventa oficinas para la creación de la Hacienda propia
y, lo que es mucho más grave (puesto que probablemente suponga infringir la Ley
de Protección de Datos) datos de los contribuyentes, a los que han pedido que
presenten la declaración en sus dependencias. Si son inteligentes, no lo harán…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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