Cuando la estrella de zETAp comenzó a
declinar (o, por decirlo con un chiste fácil, el circunflejo pasó de estrella a
estrellado), los que antes le hacían la pelota se apresuraron a alejarse de él
como si tuviera la peste. Y, aunque ahora le llamen para aparecer en algunos
mítines, pocos son los que alardean en su currículo de haber estado a sus
órdenes. Incluso los que le deben toda o gran parte de su fortuna.
La última de las desafecciones la ha
protagonizado el antiguo ministro de Industria, cuya mayor contribución a
rebajar la factura energética nacional consistió en permitir asistir a la
oficina en verano sin corbata, para así ahorrar en aire acondicionado. Ahora
nos hemos enterado de que si su aportación no fue mayor, se debió a los
obstáculos de su jefe, ya que él, afirma, se esforzó en pinchar la burbuja
solar pero se quedó solo en el esfuerzo. Pues como no fuera a base de molinillos, no sé yo cómo pretendía
hacerlo…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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