viernes, 23 de mayo de 2014

Feminismo de opereta

Hace una semana se produjo un debate electoral entre los cabeza de lista de los dos principales partidos de España. Digo debate porque así es como lo llamaron. No lo ví –nunca los veo-, pero sé que fue como todos los anteriores: una sucesión de monólogos, el del candidato popular interrumpido por el de la socialista. Una cosa encorsetada y nada espontánea; menos aún en el caso del popular que, aconsejado por Arriola, mantuvo un perfil bajo. Luego, queirendo explicar la cosa, dijo que no había querido alardear de su inteligencia para que al vencer a su rival, siendo éste mujer, no le tildaran de machista. Evidentemente, esto supuso poner en bandeja de plata al progretariado una matraca que han venido utilizando desde entonces, encabezado por la indocta Valenciano, que ha afirmado que las mujeres españolas no aceptamos que nos consideren inferiores.
Inferiores quizá no, pero las socialistas sí que admiten que las consideren floreros, empezando por las ocho miembras del primer gobierno de zETAp y terminando por González-Sinde Scargas, que fue nombrada porque tenía más glamour que el anterior titular del Ministerio.
Porque repasemos lo que dijo Cañete. No dijo que las mujeres españolas fueran inferiores. Ni siquiera dijo que Valenciano fuera inferior (que lo es, pero esa es otra historia). Lo que dijo fue que si hubiera vencido el debate demostrando su superioridad intelectual, le habrían llamado machista. Pues se equivocó: no venció, no demostró nada… y le han llamado machista, y no fatuo, presuntuoso, soberbio o imprudente, que son adjetivos que cuadrarían mucho mejor a sus palabras.
Pero claro, de eso no se han percatado las glamourosas mujeres de la izquierda… o no les ha interesado.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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