Hay gente que, la verdad, está mejor
calladita. Es el caso de Celia Villalobos, ex alcaldesa de Málaga, ex ministra
y actual diputada por el Partido Popular. Suele tener fama de verso suelto, es decir, de ir por libre
en las votaciones si es que ello le apetece, y en el partido se lo consienten,
probablemente porque queda muy bien eso de tolerar la disensión.
Pero parece que la disidente se siente
legitimada para dar lecciones de ortodoxia, y así, refiriéndose a Vox, partido
en el que ahora militan quienes no hace mucho eran significados militantes del
Partido Popular, ha indicado que no se puede votar a quien ha traicionado al PP.
Por lo visto, para la señora de
Arriola es mucho más respetable hacer lo que a una le da la gana pero sin
abandonar el partido (y cobrar del mismo, es de suponer) que ser coherente con
los principios que uno defiende (o dice defender) y abandonarlo para ir a
buscarse las lentejas a otra parte…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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