El clima político en Cataluña está
cada vez más enrarecido. Casi medio siglo de educar a la gente en el odio a
España ha dado sus frutos, y los que no comulgan con la rueda de molino de los
independentistas corren serio riesgo en su integridad física.
Por ello, no se entiende que el
Gobierno no haga frente de verdad a los independentistas y les pare los pies. Ni
tampoco que, ante una agresión sufrida nada menos que por un ministro del
Gobierno (probablemente el menos querido de ellos, en Cataluña y en el resto de
España, pero ministro al fin y a la postre), lo que constituye un tipo penal denominado
atentado, dicho ministro haya restado importancia a esa agresión…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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