Si
hubiera observado el compromiso de escribir sobre la marcha en relación con la
situación de Cataluña, ahora tendría tres entradas más, en lugar de refundirlas
en esta. Pero entre los días festivos (curiosamente, me cuesta más no llegar
pillado a la actualización del blog los días no laborables, quizá porque me
relajo y pienso que ya habrá tiempo… hasta que deja de haberlo) y el hecho de
que el Domingo pasado mi padre cumplió ochenta años, la tarea se ha ido
posponiendo. Hasta ahora.
Hace
una semana saltaron dos noticias desde las filas secesionistas. En primer
lugar, Chancleto planteó la
posibilidad de que dos parlamentarios de la CUP apoyaran la investidura de Mas
como medio de desatascar el proceso. Se ve que, al haber sido parlamentario la
última legislatura (y eso que en Cataluña la brevedad de las legislaturas sólo
es comparable a la de las italianas de la segunda mitad del siglo XX;
imaginemos qué habría ocurrido de haber estado sacudiendo la sandalia en sede
parlamentaria durante cuatro años completos), su otrora puro y prístino
espíritu revolucionario se ha visto contaminado por los efluvios mefíticos
provenientes del sistema, y ya piensa y razona como un político de los de toda la vida. Lo cual no evita
que, cuando se pone a disparar contra los enemigos
de Cataluña meta a todos en el mismo saco y atice tanto a tirios como a
troyanos: sólo así se explica que diga que existe todo un sistema de poder -bancos, Iglesia, ejército- triturando la
libertad política catalana. Los bancos, de momento, no se han retirado de
Cataluña; el ejército, por suerte para los necionanistas,
está sólo en posición de firmes, y ni
siquiera han pasado al presenten armas;
y en cuanto a la Iglesia… si el problema de la jerarquía católica catalana es
que es mayoritariamente catalana y nada etimológicamente católica (esto es,
universal).
La segunda
noticia fue que, por raro e infrecuente que resulte, los necionanistas dijeron una verdad como un templo. La sedicente y
sediciosa Asamblea Nacional Catalana
apuntó a Ciudadanos como el principal escollo del proceso. Completamente cierto. Por cálculo o por convicción,
Ciudadanos ha ocupado el espacio político y la defensa de la Constitución en los
que deberían estar el PSOE y, sobre todo, el PP; dado que unos por
antiespañolismo genético y los otros por mariacomplejamiento han hecho dejación
de estas funciones, es el partido naranja el que enarbola esa bandera. Y así le
va (de bien), y así les va (de mal).
Finalmente,
los convergentes parecen haberse cansado de las alternativas diabólicas a las
que les está sometiendo la CUP (mientras que Dios aprieta pero no ahoga, dice
el refrán, parece que el diablo aprieta hasta ahogar, podría decirse) y se preparan para unas nuevas elecciones. Vista la tendencia descendente en los
sucesivos comicios, parece que han optado por cometer suicidio antes que ser
víctimas de un asesinato.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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