Dice el refrán que cuando el sabio señala
a las estrellas, los memos se quedan mirando el dedo. Bobama ha demostrado ser tonto (pero muuuu tonto, que diría aquél), porque
tras el atentado terrorista perpetrado por islamistas en San Bernardino se ha limitado
a alertar contra la
islamofobia.
Es lo mismo que señalaba ayer, mutatis
mutandis desde la política a la religión:
quizá no todos los musulmanes sean terroristas, pero parece que todos los terroristas
son musulmanes. Y mientras no sean los musulmanes no (materialmente) terroristas
los que dejen de apoyar, financiar, instigar y jalear a los que sí lo son, la islamofobia
–en el sentido de prevención contra los musulmanes en general, y los islamistas
en particular- no sólo estará justificada, sino que será una regla de supervivencia
básica.
Que esto recuerda al internamiento de estadounidenses
de origen japonés durante la Segunda Guerra Mundial, no lo discuto. Pero es que,
como dije tras el atentado de París, esto es la guerra con un enemigo que no quiere sólo vencernos,
sino aniquilarnos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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