Soliviantado por el papelón hecho en el debate a cuatro, Pedro Sánchez salió al día siguiente chillando como un descosido –en la mejor línea del Guerra que gritaba lo de hijo de un peón de arbañí…- que no estaba dispuesto a aceptar ni una lección de Pablo Iglesias.
Es cierto, el PSOE no tiene que recibir lecciones de nada. Ni de terrorismo de Estado, ni de politización del terrorismo, ni de llegar a componendas con los terroristas, ni de poner en solfa la unidad de España, ni de poner a España al borde del precipicio económico (dos veces), ni de convertir a España en algo irrelevante en el escenario internacional, ni de dejar al ejército español como una panda de cobardes que abandona a los aliados, ni de vender bienes del Estado a los amigotes a precio de saldo, ni de utilizar los bienes públicos como si fueran particulares, ni de gastarse el dinero de los cursos de formación de parados en drogas y putas, ni tantas y tantas otras cosas.
En eso, son ellos los que podrían dar lecciones a cualquiera.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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