En
el día de ayer expliqué las razones que dan sentido a mi voto de hoy. Decía que
los neocom me producen naúseas. Pero es
que, aunque no los conociera de nada, día tras día (me) dan razones para
vomitar.
Así,
por ejemplo, alguien que aspira a presidir el gobierno de España declaró en su día que no puede decir España ni
utilizar la bandera roja y gualda. Mientras, uno de sus acólitos manifestó –no sin
un cierto asomo de razón- que los islamistas son un invento de Estados Unidos. El asomo de razón a que me
refiero es muy relativo: los islamistas existen desde el comienzo de esa
religión, la única que se ha extendido a sangre y fuego y que no ha renunciado
a semejante método de proselitismo. El
pecado de EE.UU. no fue, por tanto, crearlos, sino azuzarlos contra los
soviéticos en Afganistán. Lo malo de desatar los perros de la guerra es que
tarde o temprano acabarán dándote un buen bocado.
En otro
orden de cosas, han modificado su ideario en cuanto a los medios de comunicación.
De decir que la existencia de medios de comunicación privados supone una amenaza
a la libertad de información han pasado a proponer mantenerlos (cómo no, si son
los que les han aupado a la notoriedad mediática), al tiempo que, en esa línea progresoide tan nauseabunda, defienden la programación por cuotas y que la televisión pública pueda verse en más de una lengua oficial del Estado.
Pues me van a tener que explicar qué lenguas del Estado hay oficiales aparte
del español, porque a las que ellos hacen mención son cooficiales nada más, y
sólo en sus respectivas comunidades autónomas.
Para
rematar, pretenden instaurar un IVA de
lujo, a pesar de que la normativa de la Unión Europea no lo permite. Ellos salen
del paso diciendo que negociarán. En eso
se parecen a los necionanistas
catalanes, que pretenden negociar siempre lo innegociable.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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