Un
problema que ha tenido tradicionalmente la izquierda desde la instauración de
la democracia –se diga lo que se diga, la Segunda República no fue una
verdadera democracia, y la cosa fue empeorando en los seis años que duró- ha
sido la tendencia a confundir lo público con lo privado. No es que a la derecha
no le haya ocurrido lo mismo, pero es que ha gobernado menos tiempo.
Y
este problema le ocurre a toda la izquierda, a la de siempre y a la nueva. No hay más que ver al regidor
zaragozano, neocom él, que ha cargado el importe de su gomina al presupuesto del Ayuntamiento. Interpelado sobre el particular, ha
justificado su actuación diciendo que es para estar presentable.
O sea,
sobre cutre, impresentable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario