No
hace falta ser precisamente Jesucristo (perdón por la irreverencia) para
señalar, como rasgo característico del ser humano –espítirus escogidos aparte-
el ver la paja en el ojo ajeno mientras se obvia la viga en el propio.
Quien
más quien menos, todos tenemos algún conocido (o más de uno) aficionado a dar
consejos o reprochar defectos que, la verdad, haría mejor en aplicárselos a su
propia persona en lugar de irlos dispensando a diestro y siniestro.
Los políticos,
aunque en ocasiones no lo parezcan, también son seres humanos; sí, incluso los
españoles. Por ello, no es de extrañar que, tras los dos intentos fallidos de
investidura de Mariano Rajoy, voces más o menos importantes del PSOE se hayan
lanzado a proclamar que, ante el fracaso
de Rajoy, este debería desistir de ser candidato.
En
esa línea se han manifestado tanto el expresidente del Gobierno, exsecretario
general y (mientras no se demuestre lo contrario) exequis de los GAL, como la
exsecretaria de Estado, exjuez, exmagistrada y dipurada de hablar ceceante. Ambos
han olvidado que, antes que Rajoy, fracasó el actual secretario general de los
socialistas. Consiguió menos votos en sus dos intentos. Y está haciendo buenos
electoralmente a Almunia y al Hijo de P, que ya es hacer.
Así que
punto en boca, majetes.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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