Algunos
políticos parecen tener la epidermis demasiado sensible. Quizá es porque les
han tenido en palmitas demasiado tiempo (por ejemplo, un Premio Nobel de la Paz
por no haber hecho absolutamente nada, salvo ser mulato) y les han alabado en
demasía, se han acostumbrado a que nadie les hable con descortesía.
Claro,
que con esto tampoco es que disculpe las palabras del presidente de Filipinas,
que se atrevió a llamar (no a la cara) hijo de puta (así, como suena) al hombre más poderoso del mundo, que
suelen decirle. El marido de Michelle, todo ofendido, se negó a entrevistarse
con el líder del archipiélago.
Anda,
que si hubiera tenido un debate electoral con Pedro Sinvocales Sánchez, Barack tendría la piel un poco más curtidita…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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