Lejos de mí la intención de reírme de las desgracias ajenas, pero la noticia de que Aramís Fuster fue encontrada en un estado lamentable y desorientada y ha tenido que ser ingresada de urgencia me viene al pelo para comentar por escrito algo que siempre he comentado de palabra.
Me refiero a los adivinadores del futuro, o pitonisos. Esos que, cuando reciben una llamada, lo primero que preguntan es, indefectiblemente, ¿cómo te llamas, cariño? Pues vaya porquería de adivinos, si ni siquiera saben el nombre de la persona con la que están hablando…
A lo que iba. Resulta que, entre otras cosas, Aramís manifestó que sus hijos le robaron cuatrocientos mil euros. Claro, que todo quedó más claro cuando dijo que no es ni bruja ni vidente.
Lo que ha sido es una engañabobos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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