jueves, 29 de septiembre de 2016

Sorpresas te da la vida

He de confesar que me equivoqué. Quizá fuera mi desconfianza en la decencia de los políticos en general y los de izquierdas en particular; puede que fuera mi inveterada tendencia inconsciente a ser pesimista para así no sufrir decepciones. El caso es que no pensaba que los socialistas tuvieran los redaños suficientes para, al menos, intentar decapitar (orgánicamente hablando) a su secretario general, que les lleva de cabeza al precipicio electoral.
Y resulta que los tuvieron, y dimitieron los miembros suficientes (ni uno más, pero tampoco ni uno menos) de la ejecutiva para forzar la dimisión del secretario general. Sólo que éste, con más tozudez que inteligencia –Pedro Sánchez es el ejemplo perfecto del erial intelectual en que el paso de Rodríguez por el PSOE ha convertido al partido- ha decidido atrincherarse y ha apelado a los militantes (o a los mil y un tontos, quién sabe) para convocar un congreso extraordinario.
En cuanto a los partidos que se encuentran a su derecha y a su izquierda, Rivera se alegra de la caída de Sánchez e Iglesias –fiel a su estilo grandielocuente- dice que es un golpe de régimen y un fraude democrático.
Francamente, desde el caso de Margaret Thatcher (y ya quisiera Sin vocales llegarle siquiera a la suela del zapato), no recuerdo ningún caso en que los miembros de un partido se revuelvan contra su líder.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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