Una
cantinela sempiterna de los necionanistas
catalaes es que Cataluña es una nación, más antigua incluso que España (eso,
aparte de revelar que casi todos los que han sido importantes en el mundo, de
san José hasta el Cid, eran realmente catalanes). Hablan de una corona catalanoaragonesa, de una familia real catalana (cosa curiosa,
porque en Cataluña jamás hubo reyes –propios-, todo lo más condes) y de todas
esas pamemas.
A la
matraca se han unido ahora sus correligionarios vascongados. No, no es que los
de la chapela, el chistu, los chiquitos y demás cosas (perdón, cosas) típicas
afirmen también que los de la esquinita nororiental de España sean una nación,
sino que –con motivo del debate de investidura de Mariano Rajoy- se han
descolgado diciendo que ellos también lo son, mal que le pese al presidente del Gobierno (en funciones). Y no
sólo eso, sino que son una nación más antigua que la española.
Nación
no lo sé, pero su idioma (que, según algunos, es que hablaban Adán y Eva en el Jardín del Edén) es más antiguo que el español (que desciende de aquél:
no por nada son los dos únicos idiomas del mundo, que yo sepa, que tienen la
eñe) sin duda alguna. Es un idioma tan antiguo que se han tenido que inventar,
de ciento cincuenta años para acá, una pluralidad de vocablos para describir las
realidades contemporáneas, desde aeroportúa
(tengo entendido que, de construirse la palabra uniendo los términos vascos
para aire y puerto salía algo parecido a Haizekaia,
lo cual no suena demasiado bien si estás volando) hasta Kepa (cuya etimología, de acuerdo con el oligofrénico racista,
proviene nada menos que del arameo Cefas… ya sabemos de dónde desciende el
vascuence, al menos por ese lado).
Pero
es que los vascos, sobre nunca estar unidos –y ser el embrión de la futura y
tan odiada por los necionanistas
Castilla-, tampoco han tenido nunca un solo idioma, sino siete dialectos… ocho,
si contamos ese lenguaje de laboratorio que nadie habla y menos gente entiende.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario